Siempre que tienes invitados en casa te gusta lucirte de una u otra forma y esta es la época perfecta para hacerlo con un buen vino en la mesa, y es que no es tarea fácil, el mundo vinífero es un mundo complejo, pero siempre es bueno entender algunos puntos clave del tema. Empecemos:
1. No por tener más años está más bueno
Esta frase puede abrir un gran debate en la mesa y es que los vinos tienen un punto óptimo de consumo y no por mucho que guardes un vino joven se va a convertir en gran reserva, sino que tendrás una generosa botella de vinagre. Ten cuidado cuando almacenes tus vinos y ten presente que por norma general los tintos aguantan más que los blancos o rosados.
2. La temperatura ideal
Revisa la temperatura del vino: Espumante (7 a 9ºC), Champagne (9 a 11ºC), Blancos: secos, rosados, jóvenes, vendimias tardías (9-11°C), Grandes vinos blancos (10 a 12ºC), Tintos jóvenes y ligeros (14-16°C), Tintos elegantes (15-17°C), Vinos tintos con concentración y grandes vinos (17-19°C) y Dulces (13-15°C).
3. ¿Cómo se guardan las botellas?
A la hora de guardar los vinos en tu cava, procura que ésta se ubique en un lugar con buena humedad (60%). De esa manera evitarás que se reseque el corcho de la botella, impidiendo así que se filtre el vino en él y se eche a perder. Recuerda mantener los vinos en un lugar con poca luz, así evitarás que se descompongan con el correr del tiempo. Guarda los vinos con corcho natural acostados, y los de corcho sintético, parados.
4. ¿Cómo se sirven los vinos blancos?
En el caso de los vinos blancos se deben servir en menor cantidad para mantener su temperatura ideal que debe ser muy fresca. También un aspecto fundamental a tener en cuenta es sacar la botella de 20 a 25 minutos antes de servir y por último es aconsejable mantener el vino con hielo en la mesa para que no aumente su temperatura.
5. Aire
En el caso de que tengamos un vino añejo será recomendable airearlo por lo menos una hora antes de tomarlo. Cuando lo sirvas, hazlo los más lejos de la copa posible, de esta manera el vino cogerá oxígeno antes de llegar a ella, a su vez, llena la copa hasta el punto más ancho del cuenco para aprovechar al máximo la superficie de contacto con el aire, pues esta es la razón de porque las copas son tan anchas.
6. Sacando el corcho
Se debe evitar ante todo que el sacacorchos sobrepase la medida del corcho, pues si lo hace, caerán trozos de corcho en el vino y por consiguiente caerán en las copas.
En caso de que tengas dificultades al sacar el corcho, es mejor introducir el sacacorchos de forma diagonal y ten en cuenta que en los vinos espumosos hay que girar la botella y no el corcho, para evitar que éste se rompa.
Solo queda la armonía con los alimentos, en cuestión de gustos, las posibilidades son también infinitas y por eso invitamos a salirse de la rigidez del blanco para pescado y el tinto para carnes y así descubrir los gustos propios de cada uno. El momento de lucirse ha llegado, ¡suerte!
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