Valgan verdades, la transición de una cuna a una cama es un gran cambio para los niños y la familia en general. Tanto una transición temprana como tardía pueden traer problemas con el tiempo, es por esto que muchos padres se ponen nerviosos al hacer este cambio. ¡Pero no te preocupes! Aquí te explicaremos todo lo que debes saber antes que tu niño pase a una cama grande.
Señales de que tu niño está listo para dejar la cuna
Debes considerar esta transición si tu niño:
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Puede salir de la cuna por sí mismo.
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Estando de pie, su pecho llega a la barandilla de la cuna.
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Tiene entre 18 meses a 3 años.
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Tendrá un hermano pequeño pronto.
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Ha dicho que quiere una “cama para niños grandes”.
¿Cómo escoger una cama para niños?
Cuando llega el momento de comprar una cama para niños, puedes optar por camas infantiles o camas twin con barandillas de seguridad.
Las camas infantiles son una versión pequeña de las camas twin. Están hechas específicamente para niños, por lo que suelen venir en diseños atractivos para ellos.
Por otro lado, a pesar de no tener diseños, las camas twin son más eficientes si buscas una cama que dure durante toda su infancia. Puedes instalar barandillas de seguridad para evitar las caídas.
Cómo facilitar la transición de cuna a cama
1. Hazlo divertido
Ayuda a que tu hijo anticipe esta transición leyéndole libros sobre el tema, o inventa historias junto a él de lo increíble que es tener una cama grande. Desmuéstrale que cada persona en su familia duerme en su propia cama y hazle sentir parte de un proceso importante.
También puedes comentarle sobre el cambio a lo largo del día para aumentar su emoción.
2. Planifica siestas
Haz que tu hijo se acostumbre a su cama nueva añadiendo siestas a su rutina en los momentos más tranquilos del día. Esto puede ayudarlo a familiarizarse con la cama y pensar en ella como el lugar perfecto para descansar y relajarse.
3. Mantén una rutina para ti y para tu hijo
Asegúrate de apartar un tiempo para mantener una rutina constante a la hora de llevar a tu hijo a la cama. Escuchar música, leer cuentos o tomar un baño son actividades que se pueden realizar todas las noches antes de dormir. Recuerda hacerlo en el mismo orden y a la misma hora.
4. Déjales escoger su cama
Para hacer más divertido este proceso, permite que tu hijo escoja cómo quiere que sea su cama. Pueden ir de compras en busca de su nuevo edredón o cubrecama. También puedes animar a tu hijo para que escoja un peluche que lo acompañe en el proceso y sea su nuevo compañero de sueños.
Probablemente tu hijo tenga dudas, así que responde de la forma más clara posible cada una de ellas. ¡No olvides hacerlo entretenido!
5. Premia su buen comportamiento
Si a tu hijo le gustan los premios —como a todo niño— intenta usar stickers o palabras de ánimo para ayudarlo en este viaje. Dale un sticker por cada noche que duerma en su cama, y si sale de ella a mitad de la noche, felicítalo al regresar.
6. Revisa constantemente las instalaciones de seguridad
Una vez tu hijo pase a una cama, no contarás con la seguridad que la cuna te proporcionaba. Tu niño tendrá acceso a toda su habitación y la casa, por lo que tendrás que asegurarte de adecuar tu hogar y convertirlo en un espacio fuera de cualquier peligro.
A continuación, te damos unos consejos que podrán servirte:
- Asegúrate de que no haya cables colgando en su dormitorio.
- Cubre las tomas de corriente.
- Consigue protectores de esquinas.
- Coloca la cama lejos de objetos que puedan caer encima, como ventanas o lámparas grandes.
- Asegura las ventanas de su habitación
- Coloca una alfombra suave o cojines en el suelo al lado de su cama para evitar lesiones en caso de que tu hijo se caiga al dormir.
- Si tu casa tiene escaleras, coloca una reja con un cerrojo que el niño no pueda manipular.
7. Sé paciente
Cuando los niños tienen más libertad, toman provecho de ella. Por eso debes ser paciente y constante en los hábitos nocturnos que construirás con tu hijo, recordándole cosas como ir al baño antes de acostarse.
Notarás que, a pesar de las indicaciones, tu hijo saldrá de su cama unas cuantas veces durante la noche. ¡No te desesperes, probar los límites es parte de crecer! Respira, toma su mano y guíalo de regreso a su habitación. Con el tiempo, lo hará con menos frecuencia.
8. Trae de vuelta la cuna si es necesario
Préstale atención a los sentimientos de tu hijo durante esta transición. Es normal que se resistan al cambio y se escabullan a tu habitación una que otra vez. Pero si ves que tu hijo tiene serios problemas para dormir, probablemente aún no esté listo.
Está bien traer de vuelta la cuna. Podrás intentar la transición nuevamente en uno o dos meses.
No te apresures en implementar una cama en la vida de tus hijos. Verás que esperando al momento adecuado, tanto tú como ellos recibirán la recompensa de este gran trabajo en equipo.
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